Si tienes que cambiar las pastillas de freno de tu SEAT Ibiza, en esta página vas a encontrar toda la información que necesitas para poder hacer correctamente la sustitución.
Para frenar tu coche, hay que situar un elemento que produzca fricción directamente sobre el disco de freno.
El disco de freno es solidario con la rueda. Esto quiere decir que gira a la vez que lo hace la rueda.
Para reducir la velocidad o para detener el vehículo, necesitas reducir la energía cinética aplicando una fricción en el disco de freno.
De ese modo, la energía cinética se transforma en energía térmica.
Y las pastillas de freno son las que en última instancia producen esa fricción sobre el disco.
Aunque no son elementos que se suelan averiar, sí que están sometidos a un desgaste continuo.
En función del tipo de conducción que se haga, así como del material del que estén fabricadas las pastillas, estas durarán más o menos tiempo.
Y no solo eso, ya que unas pastillas de calidad permitirán una mayor potencia de frenado y que el vehículo frene en una distancia menor.
Teniendo claro que las pastillas de tu SEAT Ibiza hay que cambiarlas cada cierto tiempo, la siguiente pregunta sería: ¿cada cuánto se sustituyen por unas nuevas?
El problema es que no hay una respuesta absoluta, ya que dependerá de varios factores.
Aunque conviene revisarlas cada 10.000 kilómetros, muchas pastillas hoy en día llevan testigos que marcan el punto mínimo a partir del cual no se debe seguir circulando sin cambiarlas.
También podemos esperar a que se encienda el testigo de frenos en el cuadro de mandos de tu SEAT Ibiza.
Y la otra opción sería proceder al cambio cuando las pastillas empiecen a chirriar.
Ese chirrido al pisar el pedal del freno quiere decir que las pastillas se han desgastado casi por completo y que es necesario poner una nuevas.
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